Cinco meses han sido suficientes para ver de qué están hechos los alcaldes en el estado de Hidalgo; vendrán algunas sorpresas -algunas positivas y otras desagradables- pero las líneas de acción, los estilos, e incluso las alianzas estratégicas arriba y abajo son muy claras.
Para ser prácticos: en A, B y C se clasifican las y los alcaldes de la entidad. En el peldaño C se ubican quienes tropiezan entre el severo desorden administrativo y operativo que les atormenta día tras día; han pasado y pasarán sin pena ni gloria como responsables de su municipio. Con su intrascendencia han defraudado y muy probablemente defraudarán la confianza colectiva.
En el nutrido escalón B aparecen quienes han ofrecido plumazos de talento y buenas intenciones, con equipos fuertes y recursos importantes, casi todos con un robusto respaldo popular, pero que no terminan por brillar y van de calle en calle, de comunidad en comunidad, con un signo de interrogación en la frente; son interrogantes, piezas clave en las que se ha depositado la esperanza, que podrían caer al vacío o emprender el vuelo. Mientras tanto, impera la incertidumbre y el tiempo pasa…
Finalmente, en el selecto grupo A aparecen los ediles con desempeños aprobatorios, que al momento de someterlos a ejercicios de opinión pública, área por área, terminan por obtener resultados favorables para su equipo de trabajo y, por tanto, para la sociedad. Sin adelantarnos de más, son quienes van tomando rumbo a la trascendencia no solo local, sino con miras a los escenarios estatales y nacionales.
Ayúdeme, por favor, a colocar a su presidente o presidenta municipal en el cajón A, B, o C, según la clasificación que aquí se propone. No omitamos subrayar que se trata de un ejercicio subjetivo pero, en una de esas, la subjetividad le da cierta claridad a quienes requieren apretar el paso para salir de B o C, colocarse en A, y finalmente la gente termina beneficiada.
Mientras usted leyó las líneas anteriores, también ubicó con nombre y apellido al menos a un personaje en cada uno de los cajones, tal cual sucedió con quien esto escribe. Podríamos, tal vez, ampliar este ligero análisis de sobre mesa y revisar nombre por nombre. Comencemos, pero hagámoslo juntos.