Maricela Lara Gómez es, ante todo, una mujer plena. Activista por los derechos de las mujeres, nos comparte su visión y su experiencia. Ha recibido el Premio Forjadores de México/Día Internacional de la Mujer 2019. Premio Internacional Gaviota, presea “Atototzihuatl” (mujer gaviota) por sus 30 años de trayectoria en pro de los derechos de las mujeres.
Siempre tuve la fantasía de ser mamá. Tengo una hija y dos hijos y siempre vi la maternidad como una opción, no una obligación. Fue mi decisión como mujer. Sin embargo, las frases como “una mujer no está completa sin hijos” o “lo bueno es que tienes hijos que te cuiden” me parece un pensamiento egoísta.
¿Acaso las y los hijos te garantizan que te van a cuidar? Yo me siento una mujer plena y nunca fue mi objetivo perpetuar la especie como si eso fuera una señal de generosidad. Tener un hijo para que te sientas una verdadera mujer me parece descomunal.
Aplaudo el día de hoy a las mujeres que cambiaron la idea de tener una pareja para sentirse plenas o para concebir un hijo, hasta llegar al punto de no depender de nadie y, por tanto, la maternidad se va dejando de lado.
La decisión de una infertilidad voluntaria se va consumando al adquirir distintos roles en el contexto social y laboral. Pienso que las relaciones de pareja cada vez son mas complicadas y efímeras. Muchas veces las mujeres tienen hijos sólo por mandato familiar o social.
La crianza puede convertirse en un factor limitante para la obtención de satisfacciones individuales, al no poder realizar actividades que la compensen de manera personal y plena. Las consecuencias producen un vacío existencial por no poder desarrollar actividades que había planeado.
La lucha por la inserción de las mujeres en el ámbito laboral, político y económico -destacando que el trabajo de las mujeres ya no es más “complementario” al trabajo de los hombres-, los grandes cambios culturales, sociales, tecnológicos, económicos y laborales han modificado sustancialmente la vida de las mujeres.
La percepción sobre las mujeres cambió en México con “Un día sin nosotras”, fue un llamado a la acción a partir de la violencia que vivimos desde micromachismos, estas cuestiones que hemos normalizado, hasta el grado de violar y matar a una mujer, por el simple hecho de ser mujer.
¿Cuál fue el objetivo? No trabajar, y si, en efecto, tuvo un impacto en la economía, y el tema fue que los hombres vean que pasa cuando una mujer falta, como está desbalanceado el trabajo. ¿Qué nos toca hacer ahora como mujeres en México? Tomar una postura política y mantenernos unidas.
Es importante la transversalidad, este movimiento no es solo de las mujeres que buscamos equidad en el salario, o que el trabajo del cuidado de los hijos sea pagado, es también de y por las mujeres trabajadoras domésticas, indígenas, jornaleras, todas exigimos desde nuestra particularidad.
Debemos vincularnos con otras mujeres, deconstruirse, como educo a mis hijos varones para que dejen de ver a la mujer como objeto, como educo a mis hijas mujeres, que le exijo a las instituciones, a las iglesias y templos, a las universidades, a los partidos políticos.
Debemos empoderarnos como mujeres, como ciudadanas, empezar a hacer vínculos con colectivos, con las organizaciones de la sociedad civil, para que se escuche nuestra voz, nuestras demandas porque no tenemos un “piso parejo” de derechos.
Es un momento para visibilizar la importancia de nuestros derechos, los de las mujeres y yo quiero ser parte del cambio.