“Ningún escenario es pequeño”, afirma.
Claudia Elena Vázquez es un talento, es una artista. Nació para cantar y para encantar al público.
Nacida en el hermoso Estado de Hidalgo, en la cuna de la cultura tolteca: Tula de Allende, es una chica sencilla, alegre y entusiasta.
Heredó el gusto y la vocación musical de su padre, Santos Vázquez Serrano, quien en su época de juventud se dedicara también a la música, cantando, tocando el bajo y la guitarra.
Desde niña, Claudia Elena sintió esa inquietud por cantar y lo hacía a escondidas frente al espejo desde su modesta casa.
No fue si no hasta los 19 años que por una amiga le dieron la oportunidad de pertenecer a una agrupación musical en Tepeji del Río.
Pasando por muchas peripecias de transporte asistía a los ensayos y a muy pocas presentaciones. Así inició el camino profesional en el canto, en la música.
Por diferentes circunstancias familiares y económicas no pudo formarse académicamente en una carrera musical y, por tanto, no ha podido alcanzar su sueño de ser cantante de ópera.
Sin embargo, con determinación, más adelante logró por sus propios medios estudiar canto a más profundidad con un coach vocal, lo cual en su personal opinión le ha dado crecimiento y confianza en su talento natural.
Emigró en alguna época a los Estados Unidos de América en busca de nuevas oportunidades y consiguió grabar un disco que no tuvo mucha difusión.
Por motivos personales tuvo que regresar a México, donde grabó otro disco con un compañero y amigo compositor.
Así, sigue en el camino haciendo lo que más ama, así como lo expresa siempre: cantar.
Para ella ningún escenario es pequeño en sus presentaciones se entrega al cien por ciento para alegrar y complacer los corazones de quienes la escuchan.