Considerada como Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la antigua estación del ferrocarril guarda historia, cultura y memorias.
Conoce 5 datos que tal vez no sabías sobre este patrimonio cultural de Tula.
La Antigua Estación del Ferrocarril es un espacio histórico que nació durante el porfiriato. Por varias décadas fue sitio clave para los habitantes de Tula, quienes viajaban a ciudades del norte como Juárez o Torreón; del occidente, a Guadalajara. Además de ser una de las rutas más utilizadas, hacia la ciudad de México.
La estación Tula se edificó sobre la línea de Tula a Pachuca del antiguo Ferrocarril de Tula á Zacualtipán por medio de la concesión número 114. Por decreto de 20 de diciembre de 1889 se aprobó el contrato celebrado con los Señores General Felipe Berriozabal y Sebastián Camacho para la construcción de dicho ferrocarril.
Cuando esta estación se encontraba en operación constaba de edificaciones complementarias como: muelle de carga, escape, bodega, casas de sección y restaurante.
La mayoría de las casas que se encuentran en las inmediaciones de la antigua Estación del Ferrocarril en Tula, fueron construidas con vagones de trenes cuando estos se descontinuaron. Algunas mantienen la fachada de un vagón, y otras han sido modificadas con aplicaciones de madera o ladrillo.
Esta estación está protegida por el INAH tras ser declarada Monumento Histórico, fue cedida por Ferrocarriles Nacionales de México en Liquidación al Municipio de Tula de Allende, para su custodia y actualmente en sus instalaciones se localiza una biblioteca e imparten distintos talleres culturales.
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