SEMANA SANTA, TRADICIÓN Y REFLEXIÓN

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Por Noe Paredes Meza*

Semana Santa: asueto, vacaciones, familia, descanso, trabajo, reflexión. ¿Qué significa para cada una y cada uno de nosotros?

Sin meternos en debate, Semana Santa es y ha sido, desde hace algunas décadas, un espacio muy importante que utilizamos con diferentes propósitos, ninguno mejor o menos válido que otro, simplemente diferentes.

Para los creyentes, es una época de mucha reflexión y agradecimiento religioso que viene acompañado de la representación de la tradición católica – cristiana y que tiene como objetivo conectar con nuestra espiritualidad, con el mensaje de la redención y la resurrección.

Mientras que, para muchas personas, más allá de la celebración católica, significa “vacaciones” y “descanso”, un espacio para convivir con la familia, frenar un poco el ritmo con el que arrancó apresuradamente el año y reposar. Sin duda, las tradiciones y tipos de celebraciones en estas fechas son variadas.

Hoy no quiero hablar de datos ni plasmar un análisis profundo de la situación en la que vivimos en mi querido Tula o en nuestro estado. Simplemente quiero compartir un poco de lo que, para mí, han significado estos días al año, tanto desde mi espiritualidad como desde mi visión como padre de familia.

Cuando joven, viví en un ambiente familiar muy tradicional, por lo que era común pasar por un periodo de preparación o “cuaresma” antes de iniciar con las celebraciones de Semana Santa y Pascua, no comer carne, reflexionar sobre nuestro presente y nuestras faltas, ser parte de las peregrinaciones y representaciones de la muerte y resurrección de Cristo, entre otras.

Conforme fui creciendo, se resignificó, por muchas razones la palabra “espiritualidad” y como padre de familia, me costó trabajo entender que lo más valioso e importante que tenemos es la familia y la salud. Mi presente, se estaba viendo afectado por el trabajo en exceso y la ansiedad ganaba terreno.

Hoy, me reconozco como una persona más equilibrada, más consciente y he de decir que es la tarea más difícil y la que más trabajo me ha costado; sin embargo, he tratado de equilibrar la labor de padre, esposo, hijo, con la de ser empresario y ser responsable: conmigo mismo, con los demás y con mi comunidad.

Después de muchas fallas, comencé a prestarles más atención a mis hijos, a mi esposa, a mis padres. Puse como prioridad mi salud y el ejercicio se convirtió en una de mis pasiones. Además, me emociona saber que puedo ser una persona cada vez más activa y con más experiencia. Una persona que puede ser parte del cambio que estamos construyendo en Tula y en Hidalgo.

A pesar del debate que existe sobre lo que deberíamos estar haciendo o no en estas fechas, para mí han sido días en los que el equilibrio es importante. La gratitud, reflexión y el tiempo en familia son sanadores y son parte de nuestros rituales para seguir adelante ante los retos que enfrentamos durante todo el año.

Para mí, no hay polaridad. La tradición católica y la tradición laica no son mutuamente excluyentes y no debemos sentirnos excluidos o culpables por no entender o no adoptar las tradiciones de otros.

Independientemente de la actividad que elijamos o la tradición que estemos representando (peregrinando, vacacionando, trabajando), este es un tiempo maravilloso para para reforzar nuestra espiritualidad, reconocernos y compartir, durante una pausa, con nuestros seres queridos.

Este tiempo, que cada uno de nosotros ha transformado en tradición, es para reflexionar y es para agradecer.



*Director General de Corporativo UNNE y Fundador de Unidos X Tula A. C.

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