En Tula, como en todo México, el ambiente político está caliente, porque lo que está en juego no es poca cosa; se renueva la Presidencia de la República, los congresos, y las alcaldías en junio próximo.
Recientemente se dieron a conocer los nombres de quienes encabezarán los proyectos rumbo a la presidencia municipal y, como se esperaba, las designaciones atizaron al fuego.
Se sabe que por el PAN, iría Marlene Garrido Rangel, por el PRI, Alejandra Morán, abanderando la propuesta del PVEM, Octavio Magaña Soto; en tanto que por el PT, Eduardo Durán Laguna, así como Victorino Apodaca que defenderá los colores de Movimiento Ciudadano; Cristhian Martínez Reséndiz por Morena y Noe Paredes Meza, que participa como candidato independiente.
Podríamos, en su momento, analizar junto a usted el perfil de cada uno de estos nominados, pero en este cálido-quemante escenario, pensemos en que el fuego que se atiza podría ser el fuego bueno, el de la renovación natural que da esperanza de que las cosas, por fin, podrían hacerse bien en esta ciudad de los atlantes, donde ¿podríamos tener una realidad más adversa aún?
La sociedad en Tula se ha dividido en tres partes
La sociedad en Tula se ha dividido en tres partes: la primera es la que se ha enfrascado en descalificaciones, comenzando por desacreditar una u otra designación de un partido u otro, y ahí se mantendrán por algún tiempo, porque en ese pantanoso terreno se han mantenido por años.
La segunda parte es la de los indecisos, apolíticos o desinteresados, quienes por diversas razones -la desilusión por los resultados que han entregado nuestros representantes, sobre todo- se mantienen al margen del proceso, algunas veces ni se enteran, y otras tantas forman parte de la estadística que va engrosando el abstencionismo electoral.
Uno de los grandes retos para candidatas y candidatos es trabajar en este sector al que pertenecen miles de personas que esperan ser convencidas, que no comulgan con los ideales de ningún partido, pero que, como todos, consideran que es urgente que se gobierne con eficiencia y responsabilidad desde la administración pública para generar mejores condiciones de vida para todos los sectores.
El tercer grupo de personas de nuestra sociedad y quienes han sido motivo de la publicación de nuestra columna de hoy es el que se conforma por habitantes del municipio que han decidido no solo ser espectadores, sino que son ahora protagonistas: candidatas, candidatos, sus abiertos seguidores ¡y sus planillas!
Se trata de hombres y mujeres, de todas las edades, de todos los niveles socieconómicos, quienes han decidido prestar su nombre, su credibilidad, sus relaciones, su historia de vida, para formar parte de una planilla. Es cierto que habrá intereses muy personales, pero también intereses de construir una mejor sociedad, un mejor lugar para vivir.
En este sentido, hay que reconocer el valor para participar, a quienes recibieron la invitación de partidos políticos o independientes y dijeron que sí, porque en la afirmativa se vienen las críticas naturales abiertas y en secreto, pero también se incluye en el combo la posibilidad de servir con dignidad a esta ciudad enferma, que nos necesita a todos.
Vamos a darle altura a esta contienda en la que la moneda está en el aire y nadie debe cantar victoria todavía, vamos a hacer un proceso de análisis, crítica y evaluación ciudadana, porque de eso se trata. ¿Madrazos, violencia, guerra? De eso nos ha sobrado en esta tierra lesionada y ya basta.
Nueva oportunidad para Tula. Que se haga lo que se tenga que hacer para darle a esta ciudad histórica, nuestro hogar, el bienestar que se merece.
