Tula tocó fondo

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Tula de Allende es una de las ciudades más importantes de México cuando hablamos de la época prehispánica, porque los toltecas dejaron huella con su influencia en gran parte del país: desde la zona centro hasta el Golfo de México, la Península de Yucatán e incluso Guatemala.

Desde el siglo 10, su estratégica ubicación fue determinante como zona de paso de mercancía que salía desde el norte de México y es esa misma condición la que le ha permitido contar en nuestros días con una de las zonas industriales más importantes de Hidalgo y de México.

Foto: Fernando Alfonso

Pero Tula, un municipio hidalguense de 120 mil habitantes, de los cuales el 51.7 por ciento son mujeres y 48.3 son hombres, probablemente viva los días más complicados de su historia. A partir de la pandemia de Covid 19, que inició en 2020 y que dejó más de ocho mil muertos en Hidalgo, las condiciones de vida en la ciudad de los atlantes comenzaron a experimentar una mala racha que continúa hasta inicios de este 2024.

Derivado del cierre de comercios que originó la contingencia sanitaria, emprendedores locales e incluso grandes marcas, vieron seriamente afectadas sus ventas por lo que el cierre de negocios ha sido constante durante los más recientes cuatro años.

La gran inundación

Cuando parecía que la pandemia comenzaba a ceder, el 6 de septiembre de 2021, el Río Tula se desbordó, lo que derivó en la inundación de la zona centro del municipio y colonias aledañas; se considera la tragedia más grande en la historia del municipio, que dejó sin vida a 17 personas que estaban hospitalizadas en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

No fue una inundación que se generara solo por las fuertes lluvias, sino, sobre todo, por el envío de aguas residuales del Valle de México por vía de los túneles emisores, lo que dejó a una ciudad bajo las aguas negras.

De estos trágicos hechos se derivaron acusaciones a la administración pública municipal, que entregó apoyos en mal estado a la población afectada y habría desviado recursos millonarios que serían destinados para familias damnificadas pero que nunca llegaron, lo que mantiene activo un proceso legal en contra de entonces funcionarios.

Economía seriamente afectada

Así que la economía generada por el comercio resultó seriamente afectada, al grado de que comerciantes declararon haber perdido el patrimonio obtenido por sus familias durante décadas; la economía institucional se vio vulnerada por la irresponsabilidad administrativa de los recursos públicos, con más de 150 millones de pesos cuyo destino no ha podido ser comprobado, y la economía producida por la industria se quebró.

El factor Cruz Azul

Por si fuera poco, uno de los motores monetarios más importantes de la zona, la fábrica de Cementos Cruz Azul, mantiene una lucha legal entre dos grupos antagonistas que está por cumplir cuatro años, lo que llevó a un parón en la producción que no ha podido ser resuelto y que continúa afectando a cientos de trabajadores y a la economía regional en general.

Daños a los servicios de salud

En otros rubros, también la salud sufrió un duro golpe al resultar inundada la Clínica local del IMSS, así como el Centro de Salud, lo que dio pie a la construcción de un nuevo espacio que en su área de consultas abrió las puertas para la atención al público dos años después de la inundación y que se ubica a unos 30 minutos de la zona centro, en el vecino municipio de Tlaxcoapan.

Foto: El País

Colapsó el drenaje

Por otra parte, las viejas tuberías, con 40 o más años de existencia en el sistema de drenaje tulense, también colapsaron tras el desastre y esta condición se convirtió en una nueva causa de inundación, independiente a un probable desbordamiento del río.

Pese a esfuerzos institucionales para renovar el drenaje de algunas calles, se comprobó en 2024 que, en efecto, el sistema colapsado volverá a inundar a la zona centro cada vez que haya presencia de lluvias fuertes.

Obra en el Río Tula ¿el gran canal de agua negra?

La gran protagonista de la actualidad tulense es la mega obra que se realiza en el Río Tula para ampliar el cauce y construir el revestimiento; le han llamado la construcción del gran canal de aguas negras, que ha dejado personas sin vida a causa de derrumbes de tierra y recientemente un atropellamiento.

Inseguridad y crimen

¿Podría haber una crisis más severa luego de las que aquí se han mencionado? Sí, se trata de la crisis por la falta de seguridad, tras haberse confirmado en medio de un clima hostil y de incertidumbre social, la presencia de grupos delictivos, con influencia a nivel nacional, con una fuerza y organización que nunca se había presentado en la zona.

Gobernabilidad

Quien fuera el candidato suplente del ahora ex alcalde detenido, tomó las riendas del Gobierno Municipal que ya enfrentaba los retos que aquí se han enumerado, sumados a los del día a día como la dotación de servicios públicos, el orden burocrático que se exige al interior del Palacio Municipal y sortear los efectos de los añejos nudos políticos que continúan más atados que nunca.

Nuevo proceso electoral

Comenzó un proceso electoral que podría significar un corte de caja, un parteaguas en la larga mala racha que padecen los tulenses. Lejos de aborrecer un nuevo proceso de discursos, panfletos y sombrerazos, la renovación de personajes e intenciones al poder, podría significar un rebote positivo luego de que esta esfera llamada Tula ha tocado fondo.

Las primeras amenazas de fractura, como en casi todos los procesos, ya se manifestaron al interior de algunas fuerzas, las enemistades derivadas de la pasión política ya hicieron presencia, y la guerra sucia en lo público y lo privado, comenzó desde hace por lo menos un año.

En este sentido, reflexionemos que es justamente la división entre personas o grupos una de las causas más profundas que han dejado a Tula en estas condiciones de vulnerabilidad que ponen en riesgo no solo la calidad de vida sino la vida misma de quienes aquí vivimos.

A Tula no le conviene una clase política en guerra, a Tula no le convienen habitantes en conflicto, a Tula no le sirven talentos aislados. Es una oportunidad histórica la que se presenta en el actual proceso electoral, que en un escenario ideal, haría que los protagonistas dejen de lado el interés personal y persigan el interés colectivo.

La baraja de aspirantes no es robusta ni para echar las campanas al vuelo, sobre todo si se analiza a los perfiles en lo individual, pero nos alcanza sin problemas para rescatar a nuestro pueblo, si la pensamos como una baraja en la que cada participante ofrezca dar lo mejor de sí y de sus simpatizantes, para Tula, en equipo, independientemente de los resultados en las urnas.

Esta vez el juego del poder no debe ser el juego del ego ni de la vanidad, es la imperante necesidad de un plan estratégico que nazca desde la humildad y el trabajo conjunto, ese que urge cando se ha tocado fondo. La ciudad está enferma y al pie de su cama apremia la unidad, cual pasaje de familia que anhela volver a ver florecer a su amada, su amada Tula bonita.

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