Hidalgo sigue siendo el estado con más casos de huachicoleo, según dijo recientemente el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, pero a nivel nacional los índices de robo de hidrocarburo van a la baja.
El Director de Pemex, Octavio Romero, indicó que en 2018 había robos de más de 20 mil millones de barriles de combustible, sin embargo, en un año esas pérdidas bajaron a 5 mil 100.
En 2018 la pérdida volumétrica de hidrocarburos fue de 56 mil barriles diarios; tan solo en noviembre, antes de que el presidente López Obrador, asumiera la titularidad del Poder Ejecutivo federal, se robaban 81 mil 400 barriles diarios, equivalentes a 863 pipas de 15 mil litros que tenían un costo aproximado de 245 millones de pesos.
Como parte del plan se realizó un despliegue de 8 mil 600 efectivos de fuerzas militares, navales y de la Guardia Nacional. Es decir, en promedio, 50 elementos por cada 20 kilómetros de ductos; para este año, el despliegue será de 5,300 efectivos.
En ese periodo se inhabilitaron 13,016 tomas clandestinas, se aseguraron 8.3 millones de litros de combustible y 3,800 vehículos.
Por su parte, el Comisario General de la Policía estatal, Uriel de Jesús Moreno, aseguró que tras la tragedia en Tlahuelilpan, los pobladores hidalguense evitan acercarse a tomas clandestinas en lo que considera un aprendizaje social.
Las fugas de combustible registradas en los siguientes doce meses en diversos puntos de la región huachicolera, entre ellos Tlaxcoapan, Bomintzhá y San Miguel Vindhó, en Tula, no atrajeron la rapiña como la miel a las moscas: la sombra de la muerte pesó para frenar las estampidas para colectar combustible.