Los océanos de México enfrentan un aumento significativo en sus temperaturas debido al cambio climático, agravado por fenómenos como El Niño. Según el G20 Climate Risk Atlas, las temperaturas superficiales del mar podrían subir hasta 1.5 °C para 2050 en un escenario de altas emisiones, afectando el Pacífico tropical y el Golfo de México. Publicaciones en X destacan el blanqueamiento masivo de corales en la Isla Isabel, una señal crítica para los ecosistemas marinos.

Este calentamiento impacta la biodiversidad, con especies como el pez león expandiéndose en Quintana Roo y una posible reducción del 17% en la captura pesquera para 2050. Además, las aguas más cálidas intensifican huracanes y alteran patrones de lluvia, generando sequías en el norte y lluvias torrenciales en el sureste. Las zonas costeras enfrentan riesgos por la elevación del nivel del mar, que amenaza infraestructura y turismo, mientras que la agricultura, especialmente el maíz, podría sufrir pérdidas significativas.

Expertos de la UNAM urgen integrar la acción climática en políticas públicas, promoviendo una economía baja en carbono para mitigar pérdidas económicas, estimadas en 1.97% del PIB para 2050. Aunque la posible transición a La Niña en 2024 podría moderar las temperaturas, la tendencia de calentamiento persiste. La Comisión Nacional del Agua recomienda evitar la exposición al sol y mantenerse hidratado para enfrentar el calor extremo.