Tula: la mala racha

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En Tula de Allende no ha parado la mala racha: un periodo de retos gigantes para la tierra de gigantes, cuyos estragos afectan la vida económica, política, y social de la capital tolteca que sigue de pie y avanza, pero aturdida por los efectos del knock out.

La fecha de inicio de la mala racha podría variar según el enfoque, pero para intentar ser precisos en este apunte, identificamos aquel 22 de abril de 2020 cuando de manera oficial se reportó para el municipio el primer caso de contagio por el entonces poco conocido Covid 19.

La crisis sanitaria global se convirtió en una crisis emocional que conmocionó a nuestro pueblo: ver a familiares y amigos padecer los agresivos síntomas fue haciendo un ambiente fúnebre, gris. Más aún cuando un ser querido se sumaba a la lista de difuntos que rebasó la cifra de 8 mil, a la fecha.

Y la muerte sobre la muerte: habían pasado unos 14 meses luego del inicio del fatídico periodo cuando en septiembre de 2021 el centro de la ciudad y colonias aledañas se inundaron luego de que el Río Tula se desbordara por una decisión política (primero nadie lo tenía claro y luego la autoridad lo confirmó). Personas perdieron la vida, familias perdieron su patrimonio, negocios perdieron sus inversiones, Tula perdió la tranquilidad. Tula perdió.

Lo anterior, se suma a la crisis interna que se vive en la Cooperativa Cruz Azul, donde a causa de pleitos legales dos grupos han dividido fuerzas: se enfrentan en tribunales y lo han hecho en las calles en una confrontación que ha cobrado la vida de personas y que atenta contra la paz social que merece el municipio.

Lo que ha nacido en las arcas de la cementera terminó por lesionar la economía local, pues derivado del problema cooperativista el flujo de dinero emanado de la planta ubicada en Ciudad Cooperativa se redujo y casi se extinguió. Quien diga que ese conflicto particular no hiere la vida productiva del municipio, miente.

El síntoma más reciente de la mala racha se genera en el primer trimestre de 2023 con la aparición de enfrentamientos armados, explosiones en bodegas de huachicol o tomas clandestinas, muertes, persecuciones y operativos encabezados por fuerzas federales -incluido el Ejército y la Marina- que derivan en detenciones de personas vinculadas a agrupaciones delictivas de las más grandes ligas a nivel nacional.

Esfuerzos que alientan

Pero en la mala racha ha habido esfuerzos para alentar a una sociedad que con estirpe de guerrero está de pie y avanza. Las inversiones millonarias que se generan en las zonas industriales de la región impactan positivamente en una cada vez más fortalecida industria de bienes raíces, restaurantes y hoteles.

Las microempresas van consolidándose y el emprendimiento es hoy por hoy una alternativa sólida y viable en la región ante la falta de oportunidades laborales: en Tula cada vez más personas emprenden con estructuras empresariales atractivas y con amplio horizonte de crecimiento.

En materia deportiva mucho falta por hacer pero los encuentros masivos de atletismo, el contacto con el futbol profesional local, la instalación de competidores tulenses en pódiums de circuitos estatales, nacionales, internacionales y hasta mundiales, son muy alentadores, así como el crecimiento de la cultura de los buenos hábitos y la actividad física que cada vez se ven más presentes en los escenarios cotidianos.

Pese a las condiciones adversas, los negocios siguen abriendo nuevos puntos de venta en Tula, los inversionistas siguen confiando en la ciudad, se construye un nuevo hospital privado de especialidades y en unos tres o cuatro meses vendrán autoridades de primer nivel a cortar el listón de las tan anheladas nuevas instalaciones del IMSS, que representan un complejo sanitario sin precedentes en la región.

Las omisiones e irresponsabilidades de autoridades de los tres niveles de gobierno, existen y se señalan, pero no son motivo del apunte de hoy y sí podrían serlo en el futuro. Por ahora, hay que reconocer a la gente de Tula, sobre todo la que se encuentra ajena a los reflectores y que con trabajo honesto y colaboración en lo colectivo pretende ayudar a conseguir tener el pedacito de mundo que merecemos.

Sin detenernos en el conflicto estéril, vamos adelante, porque ninguna mala racha es para siempre. ¡Ánimo, Tula!

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