Por: Mtra. Bertha Cecilia Pérez Palmeros*
Gradualmente hemos ido entrando a la nueva realidad, que se va a convertir en normalidad.
Hoy quedan, sin embargo, preguntas aún por resolver en el ámbito de la seguridad laboral: ¿Cómo serán nuestras actividades laborales, posterior a la situación de emergencia? ¿Habrá que replantear los protocolos de seguridad en los centros de trabajo?
Estas y otras muchas preguntas se han vislumbrado en estos días de distanciamiento social y confinamiento, teniendo en ocasiones respuestas genéricas que, sin embargo, nos dan la pauta para percibir lo que serán las nuevas estrategias en la gestión de riesgos laborales.
Dichas estrategias consideran la implementación de medidas correctivas que brinden protección a los trabajadores contra el COVID-19, como son la implementación de programas integrales de sanitización de espacios.
Contar con protocolos de acceso que incluyan la determinación de la temperatura corporal al ingreso y salida de la jornada laboral.
De igual manera, implementar lineamientos para el control de visitantes, proveedores, contratistas, en materia de higiene, distanciamiento, y uso obligatorio de cubrebocas al ingreso, permanencia y salida del lugar.
Igualmente, en los centros de trabajo se debe considerar el contar con suficientes lavamanos en condiciones adecuadas, con buen suministro de agua, jabón y toallas de papel desechables, así como botes para desecharlas.
Del mismo modo considerar la colocación en sitios estratégicos de dispensadores de alcohol en gel para el libre uso del personal.
Será importante también realizar modificaciones respecto a la disposición del mobiliario, o la implementación de barreras físicas para respetar espacios de sana distancia, en oficinas, cafeterías, comedores y áreas comunes. Del mismo modo contar con señalizaciones referentes a las medidas adoptadas.
En cuanto al equipo de protección personal, utilizar cubrebocas y careta para el desempeño específico de algunas labores,
Por otra parte, como medida prospectiva se tendrá que hacer una revisión y en su caso adecuación a los programas internos de protección civil de los centros de trabajo, considerando en los planes de emergencia el manejo de la población laboral en el caso de detectarse algún trabajador infectado por el virus.
Es importante señalar que se debe realizar una nueva evaluación de los procesos en los centros de trabajo, para que todo el personal cuente con el equipo de protección personal adecuado a la labor que desempeñará.
No se omite el señalar la importancia de la capacitación y difusión de las medidas efectuadas en los centros de trabajo, así como la implementación de programas integrales que promuevan hábitos saludables entre el personal, poniendo especial énfasis a la NO discriminación de los trabajadores que hayan tenido o convivido con algún familiar que presentó COVID-19.
La mejor opción para que todos estos aspectos estén presentes en tu empresa es acudir a un experto.
**Directora General del Centro Empresarial y Capacitación Integral.