La fiebre generada por la contienda electoral rumbo a la renovación de la gubernatura en Hidalgo va aclarando el panorama.
Los actores políticos y líderes sociales se ubican en el sitio que eligen, de acuerdo a sus convicciones y conveniencias; ya se va viendo quién es quién.
La posición política, el encargo, la relación con uno u otro grupo les terminan por ser más importantes que la urgente necesidad de apoyar a damnificados que a seis meses de la inundación de Tula no han podido regresar a casa, no han podido hacer resurgir sus negocios y no han encontrado la tranquilidad que algún día tuvieron.
Se hizo un gran receso en el caso inundación: se pararon las mesas de diálogo, los recorridos a pie, la manifestación pública, porque ahora la prioridad de los liderazgos es identificar el barco más conveniente mediante el cual se pretende llegar a buen puerto en el compromiso electoral.
Hay quienes se mantienen firmes a bordo, otros se bajan de uno para subir a otro y hay quienes ocupan un lugar en hasta dos o tres embarcaciones.
Si todo va como hasta ahora, el Gobierno Federal por medio de la Comisión Nacional del Agua desarrollará el proyecto original que incluye el revestimiento de 2 mil 400 metros del Río Tula, a la población afectada nunca se les resarcirá el daño provocado, y las elecciones le dejarán al pueblo dolido de Tula un papel secundario -otra vez-.
Con fines más de interés electoral que de procuración del bienestar para damnificados, en un escenario utópico, CONAGUA cedería a firmar acuerdos que incluyan las solicitudes viables y justas que el pueblo tulense pide, como el planteamiento de que se contenga la mayor cantidad de agua posible con mecanismos desarrollados en la Ciudad y el estado de México, respetar la ecología, y garantizar que la ciudad no se vuelva a inundar, entre otros.
De acuerdo con testimonios de afectados, en Tula se tiene claro que el origen de la inundación se generó en CONAGUA, dependencia del Gobierno Federal, y principal deudora con el pueblo tolteca, pero hay señalamientos claros por omisión a integrantes de los otros dos niveles de gobierno.
Arriba, la lucha se desató, el ambiente está caliente y así se mantendrá hasta junio próximo; abajo, las paredes están cuarteadas, los muebles de madera que se rescataron de entre el agua negra se comienzan a pandear, el drenaje es inservible, los negocios se reportan en crisis, la deuda que se adquirió luego de la inundación es insostenible y el pueblo de Tula continúa lanzando gritos de auxilio que solo llegan a oídos sordos.
Fotos: Fernando Alfonso, El Universal,El País, EFE, Reuters, AP, Mónica G., Carlos Sevilla.#InundaciónTula#elecciones2022#EleccionesHidalgo2022