El gran paro nacional se ha comenzado a vivir en las distintas oficinas, instituciones y centros de salud de todo el país. La ausencia de miles de mujeres con empleo formal ha traído el cierre temporal de diversos centros comerciales, estancias privadas y de gobierno.
Miles de mujeres han conseguido un permiso laboral por parte de sus superiores, que se unieron a la causa que embarga a todas las mujeres del país.
Se trataba de un paro nacional, en donde ninguna mujer saliera a las calles, en donde ninguna usara redes sociales y causaran un impacto en distintos sectores, principalmente en la economía del país. Para muchas de ellas ha resultado una actividad casi imposible pues hablamos de miles de mujeres que salen a las calles a buscar el pan de cada día.
En México 45 de cada 100 mujeres tienen un trabajo informal, muchas en negocios dependientes de algún patrón y otras más salen a las calles a ofrecer sus distintos productos que ellas mismas elaboran.
A estas mujeres les fue imposible quedarse en casa y esperar a que el nueve de marzo fluyera con su ausencia, pues muchas también son madres solteras y se ven en la forzosa necesidad de salir a ganar su salario, porque en el trabajo informal existen patrones que amenazan con el descuento de su día a final de semana y no pueden arriesgar su trabajo.
_¡Si no trabajo no como ! menciona la señora Sandra Martínez de 48 años de edad, quien vende atole y tamales en el jardín municipal de Tepeji del Río.
_¡Quisiera apoyar el paro nacional, porque tengo dos adolescentes, una de 16 y otra de 14, y me da miedo que un día no lleguen a casa! _dijo la señora Amicasia Tovar vendedora en la plaza de los lunes en Tepeji del Río.
_ Es feo lo que vivimos como madres en estos momentos, pero si falto al trabajo mi patrón me corre (Fátima, 23 años)
Y como ellas, hay miles de mujeres que día a día luchan en jornadas extensas para mantener a su familia. Sin embargo mencionan estar a favor del paro, por ser madres, por ser amigas, por ser mujeres.