IVONNE LEAL RAMOS: MAMÁ Y MAESTRA PARA FORMAR SERES HUMANOS CAPACES DE AMAR

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Soy originaria de Tula de Allende, Hidalgo, México, y de profesión Maestra. Mi trabajo me ha llevado a desarrollar pasión por las neurociencias aplicadas a la educación, y por la educación emocional, son en mi presente la motivación de mi constante investigación educativa.

A lo largo de mi vida, las experiencias personales y profesionales fueron aportando a lo que sería la construcción de mi perfil profesional. Enfrentar el ámbito empresarial, social y académico tenían en común uno de los retos interesantes: la inteligencia emocional; así se originó mi pasión por los procesos de desarrollo humano, y se reafirmó mi afinidad por la elección de mi carrera profesional.

Hoy, mi Visión de vida lleva la fusión indisociable de mi esencia natural con mi formación educativa, amalgama perfecta para la actuación. Donde se comparte un panorama empático; siempre en relación a todo lugar o medio en el que tenga que incidir, convivir, desempeñarme, ser.

Mi Visión es el mantener una preparación constante, porque me permite evolucionar como persona, como profesional y compartir de ello, esta profesión es hermosa porque da la posibilidad de ayudar a los niños y adolescentes a crecer en su formación, conocimientos, a avanzar en su desarrollo personal y valores necesarios para enfrentarse a la vida.

¿Qué significa ser madre y maestra al mismo tiempo en un tiempo como este?

Ser madre y maestra, ha sido para mí ese complemento perfecto que me permite vivir la alegría y posibilidad de acompañar el desarrollo de un ser humano, ahora con un corazón forjado en el amor y en la profesión.

Ser madre significó evolucionar mi esencia de ser mujer, floreció la semilla del poder, la belleza interna, y el amor; que dio un giro vertiginoso hacia un nuevo nivel de profundidad, ahora mostrándose como casi indescriptible, poderoso, sincero e incondicional.

Es olvidar los miedos, se extingue el egoísmo, florece una fuerza interior que no habías creído ser capaz de poseer, es recibir de regalo la introspección, para regresar a ti, y recordarte la esencia original de tu ser. Es un regalo de sensibilidad, porque es como si además de haber heredado mis genes, hubiera heredado una parte de mi alma.

Ya no podrás ser la misma después de descubrir esta forma de amar. La empatía se enfatiza y acompañará tus pasos en la vida, irremediablemente amar se volverá una forma de ser.

Ahora es procurar, compartir al máximo la vida, acompañar su camino, ofreciéndole tus valores. Es un compromiso de amor y responsabilidad para construir un ser fuerte, empático, resiliente, amoroso, para que de adulto sea maduro y con la capacidad de amar a otros y al mundo natural, en fin… humanizado. Todo esto, porque sabemos que donde hay amor hay vida, y queremos que sea feliz.

Es entrega, compartir, descubrir y aprender porque con solo existir enseñan a amar y a perfeccionarte en una constante introspección.

Para mí la maternidad y la docencia son un arte, vocación, esencias complementarias que facilitan converger formativamente, donde el principal desafío de esta época que es educar en un contexto cultural hipertecnologizado.

Significa más que nunca desarrollar la creatividad y el pensamiento divergente con sólidas bases de educación emocional, oportunidades que como madre y maestra invitan a la innovación, la preparación constante, al disfrute del proceso y de los logros, porque todo niño merece ser educado con amor.

Es y será emoción, gratificación, una semilla que quiero ver florecer con el más bello aroma y color…

 

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