EN “EL PICO MÁS ALTO DE LA CURVA DE CONTAGIO”.
Inicia la segunda semana de junio 2020, “el pico más alto en la curva de contagio de la pandemia del COVID19”, con 13 mil 700 muertos por esa enfermedad.
Cada día, desde mayo de este año, entramos todos a la zona de más alto riesgo.
Pese a las advertencias, y ante la urgencia popular que le ha causado cansancio, la gente ha salido a la calle en mayor medida desde el 1 de junio, hace una semana.
Los números de contagiados y decesos revelan que -en efecto- todos los días corremos mayor peligro. Así andamos.
Al mismo tiempo, la responsabilidad de las autoridades vive entre nubes de desconfianza social.
El gobierno federal ha dispuesto una serie de medidas, los gobiernos estatales han establecido las propias y las administraciones municipales han fijado las suyas.
Pero como la autoridad es vista ahora por la población como un enemigo común, hay en todos los sectores personas y grupos dispuestos a la desobediencia. Peor aún, al desafío.
Se ha configurado una seria confrontación abierta entre algunos gobernadores y el Presidente.
Curiosamente, los gobernadores del PRI -que saben de política- han mantenido su postura de respeto, incluso defensa, de la figura presidencial, entre ellos Alejandro Murat, de Oaxaca, y Omar Fayad, de Hidalgo.
La reacción institucional ha sido diversa ante esta postura social: unos han flexibilizado sus exigencias y otros las han endurecido, al grado de que la sombra del terror tiene la forma de policías contra inocentes.
A cada momento aparecen más casos agrupados en la percepción colectiva dentro de la misma especie del crimen cometido por policías municipales de Jalisco en contra de Giovanni López por no traer cubrebocas.
En protestas en CDMX frente a la embajada norteamericana y frente a la representación de Jalisco en la capital, policías se exceden en el uso de la fuerza contra una adolescente; ya hay dos uniformados detenidos.