Por: Fernando Alfonso Ávila Hernández.
El comportamiento delictivo registrado en México los últimos años revela con claridad y precisión el perfil de a sociedad que hoy tenemos en el país.
Una sociedad enferma, un proceso de degradación y horror, agravado por la impunidad, afirma el analista Héctor de Mauleón.
Por razones que los especialistas aún están tratando de explicar, las mujeres y los menores de edad -niñas y niños- han sido objeto de crímenes cometidos en su contra con una saña inaudita.
Entre 2007 y 2018 fueron asesinados en el país 14 mil 710 menores. En 2018 ocurrieron mil 463 asesinatos de menores. Hasta abril de 2019 se habían registrado en promedio tres niños muertos con violencia cada día; el año pasado terminó con mil 472 menores asesinados.
Más de cinco mil niños muertos (quemados, balaceados, ejecutados, violados, embolsados) en los últimos cinco años, sin que en el inicio de 2020 haya una iniciativa, un programa, una estrategia para protegerlos.
En 2019 se registraron mil seis casos de feminicidio en México
Según datos del INEGI, en 2018 fueron 467 casos de homicidios de menores de 15 años, de ese total, fueron asesinadas 131 niñas menores de 10 años: es el 3% de homicidios de mujeres cometidos ese año.
En 2017 se cometieron 87 mil homicidios intencionales contra mujeres en todo el mundo, uno de cada 25 se cometió en México, lo que significa que la mujer mexicana enfrenta 2.5 veces más riesgo de ser asesinada en un año que una mujer promedio en el mundo.
La violencia ejercida contra ellas es diferente de la que se comete contra ellos: en 2018 entre los hombres, 72% de los homicidios se cometieron con arma de fuego; entre las mujeres, 58% murieron por arma de fuego, 15% por ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación, y 13% con objeto cortante.
Es alarmante reconocer que en nuestro país el hogar no es un lugar seguro para las mujeres, muchas de ellas cohabitan con sus agresores.
En 2016 casi cinco millones de mujeres mayores de 15 años enfrentaron al menos un incidente de violencia en su ámbito familiar; 9.4 millones de mujeres sufrieron en el ámbito comunitario al menos un incidente de violencia sexual en los doce meses previos.
Casi 200 mil mujeres enfrentaron un intento de violación y 71 mil fueron obligadas a tener relaciones sexuales sin su consentimiento.
Estos, que no son datos nuevos, desde luego que se han incrementado en los años recientes, hasta llegar a la dramática y dolorosa realidad que hoy nos agobia.
Las mujeres mexicanas han lanzado la iniciativa que está cobrando fuerza y que será histórica: un paro nacional el lunes 9 de marzo, cuando ellas dejarán de asistir al trabajo o a la escuela, no saldrán a la calle, no adquirirán bienes, ni consumirán productos o servicios.
Los poderes de la Unión, partidos políticos, universidades y actrices se han sumado a convocar y respaldar el paro.
En tanto, Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, llamó el jueves 20 de febrero a sumarse; sin embargo, al día siguiente (hoy viernes 21 de febrero) ha dicho “No al Paro Nacional” y propone en cambio manifestarse con pañuelos.
Esto, mientras el gobierno federal ha culpado al sistema “neoliberal” de generar las condiciones para el incremento de los crímenes con violencia y mientras el polémico legislador Gerardo Fernández Noroña ha criticado que la convocatoria al paro nacional “es una trampa de la derecha”.
De esta manera, entre “El Nueve Ninguna se Mueve” de las mujeres mexicanas y “El Nueve Me Mueve” de Doña Beatriz González, México entero se apresta a conocer las nuevas muertes de niños, niñas y mujeres, sin hacer absolutamente nada por evitarlo ni por remediarlo.
