Mayo, por favor, no nos sorprendas.

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Por Fernando Ávila Báez

Aun cuando es el domingo 6 de junio de 2021 la fecha en que los ciudadanos en posibilidad de votar acudan a emitir sus sufragios para definir quiénes serán las personas que ocuparán las 30 diputaciones locales en el congreso estatal y las diez u once diputaciones federales por Hidalgo en el Congreso de la Unión, en realidad será en mayo cuando se defina el sentido de la mayoría electoral.

Treinta días de candente primavera serán suficientes para que los candidatos, hombres y mujeres, que cargan sobre sus hombros el peso de las candidaturas consigan posicionarse en el ánimo de un electorado confuso y confundido, cansado, a veces desorientado y a veces muy preciso en el enfoque de sus demandas críticas y propuestas. Así de complejo es el escenario para todos.

En la primera mitad de las campañas políticas en busca de la simpatía popular que se convierta en votos, a lo largo de todo el país, las quince entidades que cambian gobernador, los treinta congresos locales y las quinientas diputaciones federales -así en los distritos como en las circunscripciones plurinominales, han mostrado poco menos que un genuino desmadre.

A las claras, los grandes temas nacionales y los propios de cada estado, así como de sus regiones interiores, han pasado a segundo plano, para dejar los sitios protagónicos -que ser para el debate de fondo- a hechos tales como variados ataques a la vida de candidatos o funcionarios de todo nivel, disputas entre grupos de interés y una serie de confrontaciones infértiles que han dejado expuestas, vulnerables, a las instituciones.

Este es el contexto en que arriba mayo de 2021 a la vida de los mexicanos. Progresa la aplicación de vacunas anti COVID-19 en segmentos etarios con intensa vida productiva y en el sector de la educación -que se aproxima cada vez más al retorno presencial-, aunque siguen pendientes miles de trabajadores de la salud en el sector privado.

Al mismo tiempo, las nuevas variedades del coronavirus se hacen presentes en el país, a donde llegan noticias de lejanas tierras como Japón o la India, en donde se viven diferentes crisis que no deben ser tan ajenas a los mexicanos, pues la globalidad impone.

En medio de una gradual recuperación, mientras se construye una nueva realidad, una “nueva normalidad”, las expresiones de trabajadores que sobreviven a los cambios normativos y gremiales abogan por un nuevo sindicalismo, sin renunciar a algunas prácticas que les acompañaron en su viaje al desastre.

De ese modo, un renovado sindicato de trabajadores de la educación anuncia movilizaciones para la vindicación de sus causas en el Día del Trabajo, en paralelo a como intentan hacerlo, entre un misterioso silencio de los electricistas, las organizaciones de telefonistas o de ferrocarrileros que conservan líderes con más de treinta años a la cabeza.

Celebrarán, si es que puede celebrarse algo, el tradicional Día de la Santa Cruz los millones de trabajadores de la construcción, desde peones y albañiles hasta ingenieros, arquitectos o urbanistas, entre los que unos 400 mil han perdido un puesto de trabajo a consecuencia de la pandemia, en una industria que ha caído casi 8 por ciento.

Aun así los mexicanos dentro y fuera del país volveremos a evocar la victoria de ejército de oriente, comandado por el general Ignacio Zaragoza y apuntalado por los valientes indios de Zacapoaxtla, sobre los invasores franceses en la Puebla de 1862, el triunfo efímero de una batalla en una guerra que finalmente perdimos ante los europeos.   

Aun así este mayo nos dará ocasión de celebrar con más dolores que ilusiones el tradicional Día de las Madres, muchas de esas mujeres que nos dieron la vida y nos criaron para ser personas de bien ya no están más con nosotros, pues emprendieron el viaje sin retorno; muchas de ellas no nos dieron oportunidad de despedirlas -nos las arrebató la pandemia- ni de vivir a plenitud el duelo, y nos dejaron miles de huérfanos. Son los ecos del virus, los efectos de la COVID-19.

Con todo, mayo -el mes de las lluvias, el mes del despunte de los cultivos, el mes de las flores, el mes de los primeros frutos- sigue siendo el mes de la vida, el período en que hombres y mujeres que viven de la tierra se entregan a ella para labrarla con amor incondicional y seguir, con eso, alentando la visión de una vida mejor para la humanidad entera.

Es mayo, el de las lunas menguantes, el de los calores de infierno; el de las presencias y las ausencias, el del pasado, el del presente, el del futuro. Bienvenido mayo de 2021, ya no nos sorprendas.

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